Juan Zozaya

Juan Zozaya ancien membre de AIECM3

Juan ZOZAYA

Juan ZOZAYA

Juan Zozaya Stabel-Hansen

Santa Fe de Bogotá, Colombia, 26 de julio de 1939 – Ciudad Real, España, 16 de enero de 2017

El día 16 de enero de 2017 falleció en Ciudad Real nuestro querido amigo Juan Zozaya Stabel-Hansen, socio fundador de la AIECM3,

Todos lo recordamos por su calidad científica, pero también por su calidad humana. Fue uno de los pioneros de la arqueología de al-Andalus, allá por los años setenta del siglo XX, luchando contra los cánones y prejuicios de la arqueología clásica española, e imprimiendo una metodología rigurosa de matriz anglosajona a la joven arqueología medieval ibérica. Valiente en sus exposiciones, siempre se arriesgó lanzando conclusiones que iban en contra de lugares comunes y teorías clásicas, sin miedo a la polémica y al debate.

Sus trabajos sobre cerámica islámica abrieron caminos en la enmarañada selva de cronologías, funcionalidades y simbologías, haciendo que los objetos viviesen más allá de las tipologías y de detalladas descripciones. Sus análisis eran ambiciosos y amplios, abarcando muchas veces el conjunto de al-Andalus, obviando por completo las fronteras actuales. Es el caso de sus trabajos —“Aperçu général sur la céramique espagnole” y “Essai de chronologie pour certains types de poteries califale andalouse”—, del primer Colloque International sur la Céramique Médiévale en Méditerranée Occidentale, celebrado en Valbonne en 1978, en los que de forma arriesgada y valientemente dio las primeras visiones de conjunto de la cerámica de todo al-Andalus; una tarea que nadie ha vuelto a intentar hasta la fecha. También fue pionero al proponer una ficha sistemática de descripción para la cerámica medieval, en su “Aproximación a una metodología de la arqueología medieval”, publicada en el  I Congreso de Arqueología Medieval Eespañola, celebrado en Huesca en 1985. Su capacidad creativa se aprecia en la original forma de sistematizar los candiles de piquera que utilizó en su tesis doctoral, Tipología de los candiles de piquera en cerámica de al-Andalus, defendida en 1991 y que desgraciadamente todavía se encuentra inédita.

Uno de sus temas preferidos fue el de la simbologia, al que dedicó trabajos fundamentales como “Las cerámicas andalusíes, sus elementos cromáticos y sus posibles simbolismos” o “Iconografía califal”.

La cerámica no fue la única cuestión que abordó en su investigación. Sus trabajos sobre poblamiento, fortificaciones, urbanismo, metalistería o el comercio siguen siendo obras de referencia. Resumir en algunas líneas su inmenso curriculum vitae sería casi imposible y enumerar sus trabajos científicos y museográficos ahora sonaría como una letanía que recuerda todo lo que todavía podría ofrecernos. Es sus últimos meses, preludiando el final, se esforzó en poner a disposición de la comunidad científica toda su obra (ver en Academia.edu: https://independent.academia.edu/Juanzozaya).

Sociable y comunicador nato, no perdía la oportunidad de dialogar con nuevos colegas, especialmente con los más jóvenes a los que siempre sorprendió con su cordialidad y tacto al afrontar sus opiniones. Su aptitud para las lenguas no era más que una expresión de su profundo cosmopolitismo, nacido de su condición de exiliado de la Guerra Civil Española, que le llevó a nacer en Colombia y crecer en Estados Unidos y Venezuela, hasta su repatriación a España a finales de los años 50 del siglo XX. Su curiosidad innata le llevó a interesarse por los más variados temas. Melómano apasionado, su pasión por los aviones, no es más que un pequeño ejemplo de la variedad de sus aficiones.

Juan ha sido una persona que ha marcado a mucha gente. Cogida de su mano, la arqueología medieval y, en especial, la arqueología islámica, dieron los primeros pasos en España y Portugal. Pero, para algunos de nosotros, fue mucho más que un colega: fue un maestro, siempre dispuesto a dar el consejo preciso, un amigo con quien compartir muchos momentos de nuestra vida científica y personal.

En definitiva, fue un mentor que se preocupó por discípulos, no sólo por los aspectos derivados de sus respectivos éxitos científicos, lo cual ya en sí es importante, sino también por cultivar y desarrollar algo más fundamental en una relación entre personas: la amistad vital.

Su memoria permanecerá siempre en nuestros corazones.